EL TOPO QUE QUERÍA SABER QUIEN SE HABÍA HECHO AQUELLO EN SU CABEZA

Hoy compartimos "El topo que quería saber quien se había hecho aquello en su cabeza", escrito e ilustrado por Werner Holzwart y Wolf Erlbruch, traducido por Miguel Azaola y editado por Alfaguara.



Todo empezó cuando un día el topo asomó la cabeza por su agujero y de repente apareció en su cabeza algo marrón y gordo. El topo no vio a nadie, se molestó mucho y rápidamente comenzó a investigar sobre quien se había hecho aquello en su cabeza y fue a preguntarle a cada animal.



Comenzó por la paloma a quien le preguntó "¿has sido tú la que se ha hecho esto en mi cabeza?" y la paloma respondió "¿Yo? ni hablar...¿Yo esto lo hago así!" y la paloma echó un goterón húmedo y blanco que salpicó al topo. Esta es la fórmula que el cuento utiliza para presentarnos las cacas del caballo, de la liebre, de la cabra, de la vaca, de la cerda....que son los animales a los que el topo le va preguntando.




De repente el topo se encuentra con dos moscas negras y gordas y se le encendió una bombilla, por fin había encontrado a alguien que le podría ayudar, así que sin pensárselo les pidió ayuda. Las dos moscas empezaron a zumbar alrededor de aquella cosa que el topo tenía en su cabeza y le dijeron que estaba claro que aquello lo había hecho un perro.


En ese instante el topo se levantó y fue a buscar a Hermenegildo, el perro del carnicero. Se subió a su casetilla y como un rayo dejo aterrizar en la cabeza del perro una habichuela diminuta y con el dilema resuelto, el topo feliz y contento volvió a desaparecer dentro de su agujero.



Este cuento es un clásico para las personas que amamos la literatura infantil. A mí personalmente no es que me encante, es que me súper encanta porque es muy divertido. Comenzando por la historia que eso de las cacas a los niños y niñas les chifla, continuando porque utiliza un lenguaje con mucho humor, siguiendo por las ilustraciones que hablan por si solas y son súper descriptivas y acabando por la traducción que para mí, es perfecta.

Este cuento siempre ha estado presente en el carrito de los cuentos de Matías pero es ahora cuando lo está eligiendo más, será porque ya va comprendiendo cada vez más las historias y se está decantando por cuentos que le hagan reír...pero no lo sé. Lo cierto es que antes se lo leíamos si se lo proponíamos y ahora es él quien lo demanda.

En el colegio suele triunfar casi siempre por no decir siempre, yo suelo contarlo a menudo y gusta mucho. Hace dos años fue el que leí en el día del libro, ese año lo celebramos haciendo un festival de cuentos; cada maestr@ elegía un cuento, lo anunciaba y los niños y niñas desde infantil a sexto elegían el cuento que querían escuchar. Este cuento se adaptó a las edades de tod@s y fue todo un éxito, después cada uno se llevó su mojón de perro hecho de plastilina, los grandes ayudaron a los pequeños y resultó una actividad muy graciosa y afectiva.

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