SIMEÓN EL CAMALEÓN

Hoy compartimos "Simón el camaleón", escrito e ilustrado por Desirée Acevedo y editado por Pábilo Editorial.


La historia narra cómo Simeón era un camaleón común, con todas las características de un camaleón y como no, cambiaba de color. Un día comenzó a llover y decidió ir a echarse una siesta mañanera a su árbol favorito. Mientras dormía, un rayo partió la rama y el cayó al suelo, estaba muy asustado. Se sobresaltó tanto que por primera vez en su vida corrió hasta esconderse debajo de unas hojas.


Cuando paró de llover salió poco a poco y fue cuando se dio cuenta de que no era verde como las hojas y que no podía cambiar de color, pensó que sería del susto y decidió ir en busca de sus colores.


Fue hacia una ciruela, su fruta favorita, pero no se volvió morado. Se subió encima de su flor favorita, una rosa amarilla, pero él no se volvió amarillo. Vio un coche de juguete azul que le gustó, se montó y no se volvió de azul pero si le encantó conducir.

Seguía intentándolo, se fue en busca de un naranjo y se tomó un zumito pero el color naranja no apareció. Decidió probar por volverse rosa, él nunca había sido rosa y pensó que probar color nuevo le ayudaría, así que cogió un algodón de azúcar que estaba delicioso pero el color rosa no apareció en sus escamas. Tras tantos intentos se dio por vencido y se fue a su árbol sin esperanza de que sus colores volvieran.

De repente comenzó a llover de nuevo y se escucho un trueno, a Simeón le entró miedo y salió corriendo. En su huída se chocó con Camelia, una camaleona que salía de detrás de un árbol. Entablaron una conversación en la que Simeón le explicó por qué corría tan rápido y ella le invitó a ir a su casa para protegerse de la tormenta.

Camelia vivía en una casa llena de colores y nada más entrar su cuerpo se tiñó de la mezcla de todos esos colores. Al rato, Simeón se tranquilizó, se sintió protegido y menos solo lo que ayudó a que el miedo se fuera y volvieron todos sus colores, menos el rojo.

Simeón no entendía por qué no aparecía el rojo si ese era su color favorito. A Camelia se le ocurrió subirse a una manzana roja y Simeón subió con ella. La camaleona lo miro y de la vergüenza que sintió Simeón, sus mejillas se pusieron rojas y a partir de ahí todo su cuerpo.

Para mí este cuento es casi perfecto. Su texto está muy hilado y cuidado, la historia de amistad y de superación de miedos con la ayuda de los demás está narrada con una creatividad exquisita y sus ilustraciones hablan por si solas. Los dos personajes y los colores en cada uno de los objetos, se mezclan en el dibujo de una manera excelente, pero el texto en algunas páginas (más pocas que muchas) viene escrito sobre un fondo demasiado oscuro que presenta algunas dificultades para ser leído.

Matías este cuento la primera vez que lo leímos lo pidió varias noches seguidas, después lo ha tenido guardado un tiempo y cuando nos fuimos este verano de vacaciones fue uno de los que él quiso meter en la maleta. A partir de ahí todo el verano ha estado más tiempo fuera que dentro de la estantería.

En el colegio es una obra que da mucho juego para sembrar curiosidad sobre los camaleones, para trabajar los colores y sus mezclas y principalmente para trabajar los miedos y como ser ayudado por otro, te puede liberar de ellos.

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