Camuñas

Hoy compartimos "Camuñas", texto de Margarita del Mazo, ilustraciones de Charlotte Pardi y editado por QQQ editora.

El cuento narra cómo había un brujo que vivía en una casucha vieja que estaba al otro lado del bosque, de la montaña, del río y del pueblo. El brujo decía llamarse Camuñas porque nunca se cortaba las uñas.

El brujo era un " brujo normal que hacía brujerías normales con ingredientes normales"... (en el cuento se leen sus ingredientes normales). En las noches de luna llena salía de casa para ir al pueblo a cazar niños.

Una noche entró en el pueblo y en una ventana vio a Blanca, una niña blanca como su nombre, astuta y lista. Camuñas eligió su ventana para entrar así que afiló sus uñas y trepó  por el árbol que había al lado de la ventana, hizo palanca con su uña afilada y abrió la ventana.

Despacio, Camuñas se acercó a la cama, cuando estaba muy cerca levantó el índice para atravesar su garganta y en ese momento...."¡se le escapó un pedo!" con el que despertó a la niña.

Blanca sonrió al ver al que para ella era el Brujo Pirujo. Camuñas le dijo que él no era Pirujo, que era Camuñas el que nunca se cortaba las uñas...y a partir de ahí entraron en un dime y direte en el que Blanca defendía que Camuñas era el Brujo Pirujo por su nariz, grande como una berenjena; por su dentadura, con pocos dientes y podridos; por sus ojos, saltones y rojos; por su pelo, con cuatro pelos...y aunque Camuñas le decía que no, que él era Camuñas porque nunca se cortaba las uñas, la niña no cedía y al brujo le entraron las dudas.

Camuñas iba a comerse a Blanca y así se lo dijo, la niña le dijo que estaba loco, que no podía comer niños porque le saldrían granos en el ombligo y lo invitó a irse porque ella quería dormir.

El brujo no le hizo caso así que como se moría de hambre, olió a Blanca, le dio un lametazo en la cara y al segundo le salió un grano en la punta de la lengua. Y ahí, ya si que le entraron las dudas y podría ser cierto que pudiera ser Pirujo así que salió gritando " ¡Soy Pirujo!, Vaya petardo de brujo, que no recuerda ni su nombre..."

Con la cara desencajada, saltó por la ventana y se fue a su casa atravesando el río, la montaña y el bosque. Se fue derecho al desván donde buscó un espejo para salir de dudas y en su reflejo vio que tenía la nariz, los dientes, los ojos y los cuatro pelos del brujo Pirujo, así que resignado decidió cortarse las uñas.

La encargada de hacerle manicura a Camuñas fue Blanca y con esta imagen y un consejo, que tienes que descubrir con la lectura de esta obra, acaba un cuento que para mí es perfecto.


Desde que Camuñas llegó a casa se ha convertido en uno de los más elegidos en las noches, en las siestas y en las lecturas porque sí. 

El texto es divertido, creativo, tiene una mezcla perfecta entre humor y suspense que no deja indiferente a nadie, ni a pequeños, ni a mayores.

Las ilustraciones son muy cuidadas y detallistas. Sus líneas sencillas describen el texto a la perfección utilizando una paleta que abarca los verdes, rojos, grises, morados, marrones, azules... Lo que hace un poco más terrorífico el relato.

A Matías le gusta mucho el cuento  y en todas las clases que lo he contado despierta muchas sonrisas en los niñ@s.

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